“¡Nada que curar!” Con negativa del PAN, diputados avalan prohibición y sanciones a terapias de conversión
Con el PAN en contra, esta noche fue aprobada en lo general y lo particular desde la Cámara de Diputados la reforma con la que se prohíben y sancionan las terapias de conversión, es decir, aquellos métodos con los que desde distintas disciplinas se ha buscado modificar la orientación sexual de las personas.
El proyecto recibió 267 votos a favor; 107 en contra, los cuales fueron por parte de la bancada panista, excepto Arely Pool, pero también algunos priistas, así como 33 abstenciones, principalmente del grupo parlamentario tricolor y de Movimiento Ciudadano.
Esta reforma plantea cambios al Código Penal Federal para imponer de dos a seis años de prisión y multa de mil a dos mil veces el valor diario de la UMA a quien realice, imparta, aplique, obligue o financie cualquier tipo de tratamiento, terapia, servicio o práctica que obstaculice, restrinja, impida, menoscabe, anule o suprima la orientación sexual, identidad o expresión de género de una persona.
La sanción será doble cuando estas conductas se cometan contra menores de 18 años, adultos mayores o personas con discapacidad; cuando el responsable tenga una relación laboral, docente, doméstica, médica con la víctima, que se valga de ejercer la función pública o cuando emplee violencia física, psicológica o moral.
En caso de ser servidor público, se sancionará con la destitución e inhabilitación para seguir en el cargo de manera temporal.
En la Ley General de Salud se añadirá un artículo en el que se indica que el personal del sector salud ofrezcan y apliquen este tipo de “métodos”, así como prácticas quirúrgicas para suprimir, anular o impedir la orientación sexual, identidad o expresión de una persona, seran sancionadas conforme a lo antes mencionado.
También serán suspendidas del ejercicio de su profesión de uno a tres años.
Uno de los argumentos de la bancada panista para no apoyar el dictamen fue expuesto por la exprimera dama, Margarita Zavala, quien aseguró que su grupo parlamentario respeta la dignidad de las personas y considera que “en un estado democrático es inadmisible obligar o imponer a otro el modo concreto de desarrollar su vida, personalidad y orientación sexual”.
No obstante, advirtió que en la reforma votada se redactó “mal” el tipo penal planteado que representaría un riesgo como persecusión y criminalización a maestros, psicólogos, religiosos y hasta los padres y tutoresde un menor, así como impunidad en los casos porque ve difícil acreditar los delitos que se describieron.
La diputada trans de Morena, Salma Luévano, defendió al proyecto al argumentar que las terapias de conversión son una práctica retrógrada que atenta contra los derechos y libertades de las personas.
“¡Nada que curar! Hacen prácticas equivalentes a la tortura, acciones atribuibles a tiempos de la inquisición… Suelen basarse en humillaciones, agresiones físicas y sexuales, hacinamiento, abuso verbal, privación de alimentos, uso forzado de medicamentos y hasta exorcismos. Minan la autoestima, incrementan la depresión, propician el abuso de sustancias y llegan a desencadenar en el suicidio”, dijo.
El debate se convirtió en un intercambio de descalificaciones e insultos entre quienes estaban a favor desde el bloque de Morena, PT y PVEM y los panistas.
Ahora, la minuta volverá al Senado de la República para que ratifique una modificación planteada por la perredista Elizabeth Pérez, para que las sanciones propuestas no sean definitivas en caso de reincidencia como se planteó originalmente.
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