El fenómeno Kamala
En tan sólo un mes, Kamala Harris no solamente ha consolidado a un partido dividido en torno a su candidatura, sino que se ha convertido en un fenómeno nacional. Muchos comparan la energía que ha traído a la contienda con la primera campaña de Obama.
Sin embargo, hace tan sólo unas semanas Harris no era una figura popular en Estados Unidos e incluso muchos llegaron a sugerir su sustitución en el ticket de Biden. Aunque hay quien piensa que el ascenso de Kamala es circunstancial, fabricado o un accidente histórico, a mi parecer la nominación de Harris esta semana es el resultado de su excelente trabajo político a lo largo de los años y, particularmente, después de su temprana derrota en las primarias demócratas hace cuatro años.
Desde su elección como procuradora general de San Francisco en 2007 hasta su derrota en la primaria presidencial de 2020, la trayectoria de Harris hacia la presidencia fue casi perfecta. En poco tiempo logró convertirse en una de las políticas más populares de California, ascendiendo primero para convertirse en procuradora general del estado y luego al Senado, en donde su carisma y agudeza discursiva la convirtieron en una estrella nacional. No obstante, después de algunos buenos destellos, Harris terminó retirándose de la contienda a la presidencia antes incluso de que empezara la votación. Los analistas pusieron de inmediato en cuestión sus habilidades políticas y de liderazgo; sin embargo, cuatro años más tarde es posible juzgar su derrota con otros ojos. En esa elección había dos campos, el campo moderado liderado por Joe Biden y el resto de los candidatos que, tratando de ganar los votos de la izquierda del partido, compitieron unos con otros por mostrarse como abanderados del progresismo. Para Kamala, una candidata de centro-izquierda, éste se ofreció como un reto imposible y, tratando de mostrarse como algo que no era, terminó perdiendo terreno.
Su elección a la vicepresidencia le permitió recomponer el camino. En los últimos cuatro años, Kamala se dedicó a definir, paso por paso su persona política, abrazando temas que fueron suyos desde siempre, como el derecho al aborto y la protección del Estado de derecho. Además, en 2023, Kamala se dedicó a aparecer una y otra vez en público, refinando sus capacidades discursivas y su manejo de las masas. Sin embargo, quizás el elemento más importante detrás del ascenso de Harris son sus instintos políticos. Dos decisiones fueron fundamentales para consolidar el apoyo del partido en este momento: primero, su apoyo a Obama en las fases iniciales de la campaña de 2008, cuando pocos creían en él, segundo, su acercamiento con Hillary Clinton, que se convirtió en su mentora, durante sus años en la vicepresidencia.
Cuando Joe Biden anunció su renuncia a la candidatura, Kamala sabía lo que tenía que hacer. De inmediato, Harris y su equipo llamaron a expresidentes, miembros del Congreso, gobernadores y líderes sindicales y sociales para consolidar su candidatura. Tan sólo una hora después del anuncio de Biden, Hillary y Bill anunciaron su apoyo, pronto todas las figuras importantes dentro del partido se unirían en torno a Harris. En sólo 24 horas Kamala unificó al partido y, en tan sólo un mes, logró primero empatar y ahora superar, aunque por poco, a Trump en las encuestas. Esto no quiere decir que la elección esté cantada; sin embargo, el simple hecho de haber logrado esta hazaña es muestra de la gran capacidad política y liderazgo de quien esta semana se convirtió oficialmente en la candidata del Partido Demócrata a la presidencia.
source https://www.razon.com.mx/opinion/columnas/gabriel-morales-sod-1/fenomeno-kamala-589904
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